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Archivos Mensuales: octubre 2006

La Voz de Asturias. 21/10/2006
Boni Ortiz

¡Que viene el lobo!

Lobezno, como su propio nombre indica, es un pequeño lobo que vive con sus padres en el zoo. Su vida trascurre apaciblemente, rodeado de otros animales que en nos invita a conocer: la familia de osos, de jirafas, cebras, hipopótamos… A Lobezno, como a todo bicho viviente, lo de ser pequeño se le va curando con el tiempo y, de manera inevitable empieza a ensayar comportamientos de mayor. Para los aullidos, como carece de todo instinto asesino, nuestro héroe se imagina que le cae encima del pie una piedra de trescientos mil millones de toneladas y con esa carga, con esa motivación interior, con esa introspección emotiva, con esa búsqueda interna del terrible dolor imaginado, logra expresar -como haría un alumno aventajado del Actors Studio- un aullido: “¡Auiiiii”!, seguro que para él terrible, pero que deja bastante que desear en lo que a salvajismo se refiere.
Por las noches se entusiasma con la luna: la mira, le aúlla, le canta, la desea, y en sus sueños felices cree tocarla, comerla por que es de nata o merengue. Incluso en sus pesadillas aparece, siendo de coliflor. Quiere crecer, ser libre, ver mundo y convertirse en un verdadero Lobo Feroz. Una noche se lo hace saber a sus padres que, al fin y al cabo, forman parte de sí mismo y se las pira del “zoo-ilógico”.
A partir de ese momento se inicia un viaje magnífico que Kamante Teatro nos cuenta con su proverbial delicadeza. Un viaje lleno de aventuras y de historias que nos suenan, si no fuera por su revisión actualizada, fresca y gamberra que el público menudo y grande, comprende y agradece con sus risas. El extraordinario trabajo de Luisa Aguilar, no solo interpretando, también manipulando objetos; títeres de diversos tamaños -construidos con objetos cotidianos-; construyendo y “deconstruyendo” escenarios… Llevando en fin, todo el peso de una función repleta de recursos y de hallazgos singulares por su eficacia, su plasticidad y su sencillez. La voz amplificada de la actriz, nos permite no perder ni una coma del magnífico texto, que a lo largo de toda la función, está acompañado por una música estupenda de Ramón Prada divertida y sugerente.
Esta función, dirigida por Luis Vigil, dará que hablar. Sino al tiempo.

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